Cuiqui

Le tengo miedo a la oscuridad. Sí, así como lo leen. La pelotuda grandota le tiene miedo a una cosa tan intangible como la falta de luz. Pero tampoco es tan así, déjenme ampliarles un poco el panorama...

Resulta que mi casa tiene dos pisos. Para llegar al piso de arriba, hay una escalera [y sí...] de hierro con tablitas por escalones, lo que deja un espacio inter-escalónico vacío. Pues resulta que cada noche cuando llega la hora de ir a la camita, después de abastecerme con mi dosis diaria de pc, tengo que subir esa escalera a oscuras. Y no es miedo a la oscuridad per sé, sino más un miedo a que de abajo de uno de los escalones salga una mano y me agarre el piesito mientras subo y me muera de un infarto. Y no importa si dos minutos antes tenía la luz prendida y me cercioré de que no hubiera nadie. Empiezo a subir la escalera super tranqui y re canchera, pero cuando llego a los últimos cinco escalones, no puedo evitar mi paranoia y los subo lo más rápido posible.

Ah, listo. Se siente bien haberlo confesado... 'Cha gracia' por leer.